Familles, je vous hai

 


Eso decía André Gide en Les nourritures terrestres y eso repitieron los radicales (no vamos a ser ahora tan pejigueros como para definir el término, dejemos el uso que el común ha hecho de él) durante el siglo XX. Bueno, cuando alcanzaron el poder, los radicales, dejaron de decirlo. La familia se convirtió en el semillero de buenos revolucionarios-radicales. Así es hoy también. En las redes sociales los acomodados revolucionarios radicales muestran las fotos de su familia: mujer, hijo y mascotas, como en los años 70 y 80 el presidente del gobierno y el jefe de estado ensañaban en el Hola las de sus respectivas familias.

Al final es algo tan sencillo como la fábula de la zorra y las uvas. Agraces decía la zorra que las uvas estaban, solo porque no alcanzaba a cogerlas.