La eterna división del trabajo

 


La alianza del intelectual con lo lumpen no ha de entenderse como hermanamiento o relación de igualdad similar. Es algo más simple. El intelectual odia lo lumpen pero se acerca -- con distancias -- a ella porque sabe que este es la fuerza bruta -- la infantería de la revuelta -- la que monta la bronca en la que el intelectual nunca participará -- la que crea la confusión y el descrédito.

Habrá quien piense que me refiero a los comienzos del siglo XX, pero no. Hablo de estos años: de la relación entre la clase dirigente y los jornaleros de las redes sociales.