Reacción



A todo proyecto revolucionario le sigue siempre una reacción política — en sentido etimológico. El error ha sido creer que la reacción la protagonizaban los otros, cuando — bien se ve— son los mismos revolucionarios. Otro error ha sido creer que la reacción era de índole contraria a la revolución— o por decirlo con otras palabras, no albergaba las idioteces teóricas de los revolucionarios.

Aunque sin duda el error superlativo ha sido pensar que hubo revolución más allá de 1799.