Ficciones

 


Si lo real es ficción y la ficción se entromete en la realidad, lo único que sacamos en claro es un achicamiento del espacio imaginativo porque le obligamos a tener las características de lo real — algo que por supuesto no puede ser. La confusión entre los dos planos solo consigue que lo ficcional quede reducido por su sumisión a lo real. Lo político, en este caso, destruye la subjetividad —o, al menos, se afana en embridarla.

Esto fue inspirado por esta entrada del Cuaderno de horas.