Estorbos

 


Cuando alguien — cualquier alguien, sobre todo un diminuto alguien — afirma que las garantías legales son un insulto hacia la víctima o un estorbo para condenar al culpable, sólo está diciendo que tú no le importas los más mínimo y que no dudará en deshacerse de ti para alcanzar esa cima tan lejana que es su objetivo.

El diminuto contempla desde su bajura todo objetivo como si fuera un Everest y solo desea que los demás seamos sus sherpas— o, por lo menos, la escalera por la que ascender hasta la cima — que termina siendo solo la mínima cima de su incompetencia.