El último, único y verdadero anarquista


 

El banquero anarquista es el título de una obra de Fernando Pessoa. El dinero, sin duda, elimina todas las diferencias, quizás no del modo en que los anarquistas lo hubieran deseado; el dinero disuelve las ideologías. Lo volvemos a ver en el caso de Amanda Gorman, la poeta, cuya editorial – no sabemos si también ella – solo quiere que la traduzcan mujeres que sean un calco de la poeta: jóvenes, negras, no binarias, y todo lo que el identitarismo vaya diciendo que es necesario. 

De lo que no dicen nada es de los lectores – que en un primer momento serán compradores. Ahí parece que no tiene muchos problemas la editorial. Acepta el dinero de todos: negros y blancas, hombres y mujeres, viejos babosos y jóvenes resplandecientes. El dinero no tiene dueño ni fronteras, ni sabe de ideologías ni de inquisiciones. Suele aliarse con los inquisidores, habría que matizar

El dinero, sí, el gran disolvente, el gran aniquilador de hipocresías.