Sambenito



 En tiempos pasados — aunque por lo que se ve no superados— a los judíos les ponían un sambenito para distinguirlos del resto de la población. Facilitaban así concentrar el odio en un grupo que, digan lo que digan — y siguen diciendo mucho— no era distinto del resto. Las leyendas del oscurantismo y el señalamiento hacían su trabajo. Hoy en día algunos periódicos árabes siguen diciendo que el pan ácimo de la Pascua judía lo hacen con sangre de bebés árabes. Hay gente que aún les cree. Es lo que tienen los sambenitos, señalan y la gente tiene la total seguridad de la maldad del señalado.

En España ocurre lo mismo — no solo con los judíos, que también — sino con Vox. Vox es la derecha ultramontana de toda la vida con ropajes del siglo XIX, que surge como reacción al intento de secesión catalán. Los nacionalistas catalanes han sido una fábrica de nacionalistas españoles pues es dudoso que sin aquelllos acontecimientos hubieran alcanzado tanta fuerza. 

Estos días en Cataluña se hostigan los políticos de Vox, se les lanza piedras y se les impide dar mítines. Quien impide la libre expresión de los demás es un totalitario, excepto en este caso pues ya algunos han puesto el sambenito a Vox: fascistas. Un repaso a las ideas de Vox y ese calificativo se cae por inconsistente. De las ideas de Franco, José Antonio Primo de Rivera, Mussolini o Hitler Vox apenas tiene nada. Comparte, sí, con Vestrynge y con los nacionalistas catalanes la xenofobia. Pero poco más.

A Vox, con su sambenito, se le puede atacar saltándose todas las leyes y todos los principios que los biempensantes mascullan con voz engolada. Es una lucha contra el fascismo, dicen, y, para ellos, desde ese momento, la libertad de partidos, de expresión en la plaza pública o de asociación están ya de más. Es lo que tienen el sambenito: al chivo expiatorio lo marca para siempre, a los que lo atacan les anula la capacidad de razonar éticamente.

Vox es el enemigo, y quienes lo apoyan, o se apoyan en ellos,  también son enemigos. Excepto Pedro Sánchez que puede apoyarse en ellos y nadie le dice que el Gobierno se rompe.