No hay arte si hay clérigos


 

Mezclar la moral con el arte -- en realidad, embarrar el arte -- es cosa de clérigos. Ante tal situación -- demasiado frecuente en los últimos tiempos -- lo único válido es no entrar en la pelea. Pasar olímpicamente a su lado sin prestar atención. El Arte -- cuando es -- es inmoralista.

Lo demás, ya digo, es clerecía.