Hubo un tiempo...



 Hubo un tiempo — de decencia intelectual— en que los filósofos distinguían entre filósofos propiamente dichos y estudiosos de la filosofía. Incluso hablaban de los philosophes. Esto hoy en día ha desaparecido. A la decencia me refiero. Los filósofos han sido expulsados de la polis sustituidos por los estudiosos — en general mediocres — de filosofía que actúan de guardianes de lo correcto — al modo de policía foucauldiana.

Si hubo un tiempo en que ser filósofo significaba algo por la acción del filósofo, hoy en día el filósofo representa a un carcamal— una figura fosilizada, un símbolo de un tiempo pasado en el que aún perdura el fulgor de un prestigio añoso, poca cosa al alcance de cualquiera con ganas de figurar y vivir sin grandes problemas... metafísicos.