Entre las ruinas



 Nos adaptamos con prontitud — a pesar de que dejen huellas — a las nuevas situaciones. Hay quien a esto llama capacidad evolutiva. Podríamos llamarlo olvido voluntario, o amnesia. Sin embargo, tardamos en aceptar la nueva realidad — la nueva normalidad— en toda su cegadora realidad.

Paseamos entre las ruinas de un mundo que dejó de ser y pensamos que aún no abrigan las viejas certezas— fosilizadas como mitos. Entre ella la cultura como arte humanístico. En España ha muerto — lentamente tras el breve esplendor de la década de 1980 (siempre hay un resplandor previo a la muerte, la esplendorosa decadencia). Hoy paseamos entre sus ruinas, paseando los cadáveres insepultos o exhumados, como si fueran reliquias o exvotos.

Los sacamos en funeraria procesión sin quere aceptar que, en palabras del poeta, se han convertido “ en humo, en polvo, en sombra, en nada”.