Banalidad
Hace años J.F. Lyotard aseguró en uno de sus ensayos — y la afirmación me previno de leer otros— que la historia de la filosofía era una sucesión de modas filosóficas. Pasábamos de los presocráticos a Platón y de esta a Aristóteles, o de Hume a Kant y luego a Hegel por una cuestión de moda. Nos aburrimos de una y pasamos a otra y volvemos a hacerlo en la temporada siguiente.
Entonces se echaron las manos a la cabeza los filósofos, incluso los de izquierda — signifique eso lo que signifique— ante tal banalización de la historia de la filosofía. Ahora un político de izquierda — esto sí que está claro lo que significa— ha banalizado la dictadura franquista. Los filósofos de izquierda —¿qué será eso?— y los políticos de izquierda han callado— incluso alguno habrá bostezado y otro se habrá emocionado.
Banales, que critican de eso mismo a quienes no son sus seguidores, de banales .