Anotaciones

 


Un diario o un cuaderno no es tal si no contiene anotaciones sobre avecillas. Quien más quien menos habla del estornino, el mirlo o la urraca. También habla del aire fresco y claro que respira. Durante la fase crítica de la pandemia — cuando aún nos asombraba — muchos dieron cuenta de los zorrillos, cervatillos y otras especies que vieron. Con un poco más de tiempo habríamos visto avestruces y alguno habría avistado a la gran ballena blanca cerca de las costas de Tarifa. (Al Leviatán lo vimos todos, pero la mayoría prefirió no darse por enterada).

El caso es que viviendo en la urbe más allá de unos gorriones o unas cuantas perdices en la cuesta de la loma que lleva al cementerio no hay. Hay motos— muchas— y coches y patinetes motorizados y de pie. Aunque no sé si estos sirven como ejemplos de la naturaleza, aunque sean lo más cercano a ella que tenemos. Lo que es cierto es que las ensoñaciones urbanitas no son naturaleza. Son, en realidad, la anti-naturaleza