La sumisión es como la sarna

 


Vaya por delante que a mí Joe Biden no me cae mal — tampoco bien. Esta ataraxia es necesita cuando tratamos con políticos. Kamala Harris es una mujer muy buena, muy preparada, trabajadora, inteligente, sí, pero en sus manos estuvo abolir la pena de muerte en California y no lo hizo. Dejó que siguiera allí la pena de muerte. Con Biden la gente está albergando demasiadas esperanzas. Es cierto que el presidente Trump se lo va a poner fácil pero...

Ya sabemos que para los simpatizantes, la cuestión — toda cuestión de su partido — es algo que está bien hecho en cualquier momento y situación. Haga lo que haga el gobernante el simpatizante lo defiende aun a costa de caer en contradicciones.

Llegará Biden al poder y seguirán ajusticiando a presos en EEUU. La mayoría de los condenados a muerte son negros — afroamericanos se les llamaba no hace tanto. ¿Qué harán los promotores y gente que apoya el movimiento BLM? ¿Callarán, pedirán que haya un reparto equitativo de penas de muerte, pedirán la abolición de la pena de muerte?

Podría seguir con muchos otros temas: armas, política nacional, economía, política internacional, ... 

Viene un momento muy interesante para el observador despegado de la sociedad. Vamos a ver cómo los de la conciencia crítica — también conocida como pensamiento crítico — van a tragar ruedas de molino. Pero ya sabemos que sarna con gusto no pica y si pica no mortifica.