Grey pastoril

 


Son estos días familiares: no de abuelos con nietos, que eso ya lo son el resto de año; de familias que pasean por la calle principal, de parejas jóvenes embutidas en mallas deportivas que llevan un café en la mano antes de haber hecho deporte, de padres ancianos que pasean, torpes e inestables, con sus hijos. También son días para la amistad ahora que han vuelto a abrir los bares y la gente se refugia bajo el mínimo toldo del bar — todos juntos, fumando felices, con una cerveza en la otra mano.

Nada ha pasado y todo continúa igual — sobre todo la ausencia de sentido común. Da igual que desde el Gobierno adviertan de los peligros de estar demasiado juntos, da igual que vengamos de dos cierres de períodos de cierre y que sepamos cómo se contagia y la virulencia de la enfermedad. Todo eso da igual cuando se trata de tomarnos una cerveza o un café o de estar con los amigos.

Para Aristóteles y Platón, el hombre era un ser pensante. Una de dos o pecaron de optimistas o la decadencia es palmaria. El hombre es un ser de rebaño. Solo eso.