Las nuevas costumbres



 Allá por 1994 — ¡ en el siglo pasado! — en Estados Unidos, en invierno, en una pequeña ciudad de Colorado no era infrecuente ver a gente por la calle con un vaso de corcho blanco en el que llevaban un café. La epidemia — con su cierre de bares— ha traído esa costumbre a esta ciudad — municipal y espesa, que diría el gran Rubén Darío (¡qué habría sido de nosotros lectores sin el gran Darío, “liróforo celeste”) — esa costumbre ahora en el nuevo siglo, tres décadas después.

¡Terrible el destino del filósofo materialista! Empeña su vida en explicar los cambios en la sociedad gracias a la intervención salvífica de sus colegas, y luego uno ve en la calle la prosa de las costumbres nuevas ahormadas por las condiciones del momento. Ha tenido mayor influencia la epidemia en el cambio social que los 400 filósofos (podría incluso decir los 100000 filósofos en referencia  a los hijos de San Luis) que dicen trabajar por el cambio de la sociedad.