Su lugar

 


Eligieron los poetas y los filósofos — ese otro avatar del poeta en el siglo XX — a Heidegger: la esencia del lugar como constitutiva del yo — la sumisión a los dioses del lugar. Regresaban a la pregunta de Friedrich Hölderlin: ¿Para qué poetas en tiempos de miseria? 

En el camino habían perdido la poesía— y la filosofía.