Optimismo



Lo que me mantiene aún con ganas es saber que todo puede empeorar mucho más. (Y probablemente lo haga). Eso, y una biblioteca en la que guardo tesoros — privados, como lo son los verdaderos. Que la sutileza psicológica o lingüística ya no tenga cabida en la nueva literatura es cosa que me importa ya bien poco. Del cumplir años, una de las cosas buenas es ese almacenaje de libros — leídos y por releer — y un distanciamiento del mundo — distanciamiento en el que el cinismo está ausente y la ternura la reservo para unos pocos.