Cerca y lejos



Desde marzo llevamos así – quizás yo de un modo más exacerbado, aunque siempre tranquilo. Como decía, llevamos viviendo en una cercanía lejana desde entonces, que puede ser también una lejanía cercana – aunque esto ha sido siempre así gracias al correo y aún más gracias al teléfono.

Quizás por eso sea mejor hablar ahora de cercanía lejana, aunque quién sabe, quizás sea al final más exacta, la lejanía cercana. Todo esto importa poco mientras predomine lo cercano y no se convierta lo lejano en permanente.