Los melindres de Azorín


Hoy al escribir sobre Proust he pensado – quién sabe por qué – de los melindres de Azorín. Azorín es un escritor que escribe recto, en un sentido incluso visual. La frase breve no permite muchos circunloquios ni revueltas por el camino del discurso. Es una frase anti digresiva – lo cual es, sin duda, una gran virtud que no practicamos lo suficiente. (Quizás sea otra señal de la decadencia en que estamos inmersos). 

Tampoco permite – o lo hace de manera parcial y poco sutil – los matices del alma. (La materia carece de matices, es sola superficie). Es propia para la escritura del otro, nunca del yo.

De estas cosas ya apenas se habla. Han tomado el terreno – en muchos casos por incomparecencia de los interesados o por interesada alianza – los sociólogos de la literatura: sus momificadores.