Realismo


La cuestión del realismo literario tiene menos que ver con la descripción más o menos ajustada a la realidad – añadiendo poco de la fantasía, porque con la imaginación se construye la novela – que con el lenguaje utilizado. Nadie duda que el Quijote es una novela donde los códigos realistas predominan – aunque los fantásticos hagan su aparición con frecuencia – su lenguaje, sin embargo, no es chato – como parte de los escritores y la crítica han venido a caracterizar el de la novela realista. 

Los códigos lingüísticos son los que determinan el grado artístico de la obra literaria; el grado fabulador también pues hay más creación fabuladora en una metáfora que en las peregrinas peripecias de algunos aventureros novelescos. Un hermoso ejemplo es la obra de Ramón Gómez de la Serna – realista en sus códigos, genial en su expresión verbal – más allá de la mediocridad literaria del realismo.