Oriente



Encuentro estas frases en El tiempo recobrado:

 

Cuando el barón me dejó, lo que se me quedó en la imaginación no fue el Oriente de Decamps ni siquiera de Delacroix, sino el viejo Oriente de Las mil y una noches que tanto me habían gustado, y, perdiéndome poco a poco en el laberinto de aquellas calles negras, pensaba en el califa Harun Al Rashid en busca de aventuras por los barrios perdidos de Bagdad,

 

que me llevan al Viaje por Oriente de Flaubert y a su cuentecito “Herodías”, que a su vez me lleva a la representación que Odilon Redon hizo del tema y a la más ‘masticable’ obra de teatro de Wilde, Salomé. Me llamó siempre la atención que Flaubert reuniera en un mismo volumen “Un corazón sencillo”, “Herodías” y “La leyenda de San Julián el hospitalario”. Nada dejaba al azar y publicar en el mismo volumen la historia de Herodías – sin duda alguna una historia misógina a los ojos de mis coetáneos, pero llena de perversidad a los de los suyos – junto con la de Felicidad, una mujer que destaca si acaso por todo lo contrario, tenía su explicación – más allá de que Flaubert sobrevuela las dicotomías que hoy en día algunos han puesto de relieve – quizás sería más exacto decir han situado en el centro, desalojando todo lo interesante.

Al fin y al cabo, lo de hoy es una casa cualquiera en que solo huele a pañales y polvos de talco.