Cuba, una vez más


Recopila ahora Iván de la Nuez sus ensayos sobre Cuba en Cubantropía, genial hallazgo léxico. Uno de los rasgos del escritor es su posición incómoda para los castristas y para el exilio de Miami. Ello es señal de una inteligencia clara a lo que le importa bien poco gustar, y más bien prefiere disgustar. A cuantos más mejor. 

En “Registros de un cuerpo en la intemperie” dice:

La epistemología que ha fundado y mantiene a la llamada cultura nacional, esa teología de la nación presentada como una teoría de la cultura.

En estas pocas palabras – ni siquiera una oración completa – de la Nuez destruye todo el edificio teórico de los llamados estudios culturales contemporáneos, que han sustituido el término nación por el de lugar con el solo propósito de disimular su raigambre heideggeriana – es decir, nazi – y su afán de empequeñecer aún más el horizonte de las personas.

Aunque nada más sea por esta frase, la lectura del libro merece la pena. Tiene, sin embargo, mucho más. No apto para las cándidas almas que aún creen en la Revolución o en la fuerza del exilio miamense; por ejemplo, la vindicación de los marielitos.