Urbanismo
La distancia a que obliga el virus se compadece mal con los cascos urbanos históricos de Europa. Mucho mejores son los trazados geométricos y amplios de las ciudades estadounidenses. En Europa el centro histórico suele tener sus orígenes en la Edad Media y, a pesar de las remodelaciones, mantiene una estructura enrevesada de callejuelas en las que no hay tres metros de una fachada a otra. Esto provee de mucho encanto a las ciudades, qué duda cabe, no hace falta más que pensar en Edimburgo.
Mucho mejor son – para la prevención de enfermedades infecciosas – las amplias calles de las ciudades norteamericanas – si no estuvieran tan pobladas como las de Manhattan, claro. O los amplios bulevares parisinos por donde Charles Baudelaire paseó asombrado y tras él, cual moderno detective, Walter Benjamin. La reforma parisina de Haussmann logró que los callejones medievales – e imagino renacentistas – fueran sustituidos por bulevares en los que la gente podía mirar al horizonte, curiosear en los incipientes escaparates, dejarse ver.
Para la faramalla radical, la renovación urbanística de París buscaba la neutralización de las protestas callejeras. Es normal pensar así cuando solo tienes la revolución como horizonte vital. Cualquiera que vaya más allá de entender la historia como un proceso revolucionario – ¡al que atribuyen un progreso inexistente! – entenderá que la apertura de París tiene que ver con la vitalidad que embarga al mundo en el siglo XIX – vitalidad que, en muchos casos es oscura, como asó lo fue la decadente.
Fueron medidas higienizadoras pero también estéticas – aunque quizás Haussmann no lograra verlo. Sin ese París de amplias avenidas ni la poesía de Baudelaire ni la de Verlaine, ni la pintura impresionista, ni la literatura de E.A. Poe, ¡ni los flâneurs parisinos!, habrían sido posible.
Hay que estetizar la vida, incluso las medidas higiénicas hay que convertirlas en un gesto estético – como tanta gente ha hecho ya con las mascarillas. No hay ética sin estética, y hoy en día la estética es la del individualismo.