Un rincón es todo el universo


En las afueras – más allá de donde la vista y la experiencia alcanzan – la gente protesta – en barahúnda. En esta esquina – mi mundo – llega el ruido amortiguado por la distancia. Recuerdo los veranos de paredes blancas, el frescor en la mañana temprana, la música española que mi abuela escuchaba: “Anda jaleo, jaleo”, “En el café de Chinitas” y todo el pasado se convierte en el único lugar donde existo.

Un acorde es suficiente para trastocar las coordenadas.