La Red


La Red – omnipresente hoy en día en esta vida quieta – sin ella no podríamos hacer ya ni una cuarta parte de lo que hacemos. Quizás en un futuro no muy lejano no podamos hacer ya nada sin ella – sin su mediación o su intervención.

Lo curioso de la Red – para mí un medio frío – es que traza una complejísima alianza de afectos que se entrecruzan con la producción de valor. Cada vez es más difícil diferenciar entre necesidad de comunicación y consumo de información. Ahí estamos – en la encrucijada – o ya sumergidos en la pleamar de los datos perfunctorios que nos arropan e incluso nos visten – al menos cubren nuestras ideas – cada vez menos nuestras.

La Red o la egología.