Cambios sociales


Es lugar común afirmar que las sociedades cambian por efecto de la cultura – refiriéndose a la filosofía leída. ¡Cambiar por que unos cuantos han leído la Crítica del Juicio o la Fenomenología del Espíritu! No pasa de ser una alucinación y una franca declaración de impotencia.

Las sociedades cambian por el desarrollo tecnológico y las enfermedades, también por la cruzadas, las hambrunas o la sevicia – aunque esta a veces a algunos le proporciona un inmenso placer.

Esta semana las reivindicaciones serán telemáticas o en los balcones – en los buzones, por lo que veo, también. Todo se tiñe de colores – lo propio de la sociedad de la imagen y de los reclamos rápidos e impactantes. ¡Dónde las falanges de la vanguardia revolucionaria por las anchas avenidas de las urbes! ¡Ubi sunt!, que diría el clásico.

Un virus – ni siquiera llega a la categoría de ser vivo – ha acabado con una práctica decimonónica. Nos queda el consuelo de que Bertolucci ya filmó Novecento – también, en otro sentido, una película de una estética preterida.