Aire enrarecido



No deja de sorprenderme que – bajo maneras diversas – mucha gente quiera ser Il Braghettone. Hay que tapar las partes pudendas de los cuerpos y las zonas oscuras de la sociedad. Hay quien se ofrece a hacerlo – a sabiendas de que su gesto recibirá una ovación en esta sociedad religiosa, aunque otros -- nunca faltan -- lo hacen por no malograr sus pingües beneficios televisivos.

El aire – cada vez más – se vuelve mefítico.