Rutina


A la vida las rutinas no le dan sentido sino forma. El sentido es aburrido – la forma, sin embargo, puede revelar la belleza. Levantarse temprano – cuando el sol aún no ha aparecido – desayunar en silencio leyendo la prensa, trabajar sumido en los pensamientos: surge – gracias a los trazos de la repetición – un perfil apolíneo. Los dionisíacos quizás provengan de la ausencia de rutinas – lo dionisíaco atrae – en algunas ocasiones en la juventud. En breve tiempo se aja y quedan los marchitos restos de una urgencia.
La vida quieta es rutinaria pero en los intersticios de la inmovilidad – gracias a la observación – puede ver – fugazmente – el asombro que surge – inesperado – de la rutina.