Mascarillas II


Me gusta la perspectiva de que en un futuro que tenemos ya a la vuelta de la esquina, las mascarillas tengan una función estética más que sanitaria. Habrá quien siga llevándola por miedo – palpable – al contagio pero no llevará ya ese horrendo azul celeste de pijama de hospicio. Ni tendrá la forma de pico de ave que otras exhiben. Tendremos multitud – ¡sin subvencionar! – cada una con un motivo: risa de calavera, arcoíris protector, “amor de madre” o cualquier otra imagen o lema: ¡pura vida!
Estetizamos la realidad – la vida cansina tantas veces. Nadie puede soportar la realidad demasiado tiempo. Nos apropiamos de la realidad, de los objetos que nos rodean. Nuestra es tal porque solo nosotros queremos decorarla así. La casa no es solo un lugar donde guarecerse de las inclemencias – es un reflejo de nuestra forma de ser. Nadie vive de prestado.
Las mascarillas serán la nueva estetización de la profilaxis – atacamos al virus poniendo imaginación y alegría en nuestras caras.