La vida, la antiutopía


La vida es antiutópica. Solo hemos necesitado un pequeño alivio para que la vida salga caótica en tromba. El silencio – nada monacal –, la soledad urbana, la vida ausente en las ciudades, las colas ordenadas: el sueño totalitario en suma.
Nada de eso queda ya. Una pequeña abertura y la alegría – ausente en toda utopía – irrumpe feroz.
La utopía – esa otra manera de nombrar la muerte.