La senda equivocada


Quién nos iba a decir que íbamos a estar no solo los lunes al sol sino todos los días de la semana durante dos meses, recluidos y desnortados – la excesiva actividad es un síntoma de esa pérdida de sentido. Mirar al sol – eso hacía el extranjero camusiano –, eso imaginé yo décadas atrás como un buen modo de encarar la vida. Los lunes al sol la entendí tiempos después – gracias a Camus – de manera equivocada – equivocada según las intenciones del autor. No ha sido la única. Muchos libros y películas los he malinterpretado gracias a otras referencias. Cuando todo es un conjunto de relaciones, uno puede tomar con facilidad y sin esfuerzo alguno la senda equivocada. Por suerte para uno mismo, siempre.