La nueva normalidad


Al final con un regalo — una pequeña limosna — la gente se conforma, se le alegra el día. Pongamos, por ejemplo, la gracia concedida de poder tomarse una cervecera en una terraza. Poco más es necesario: salir a las 8 de la tarde, sentarse en una terraza, disfrutar del ruido de la calle (por lo visto ese silencio anterior que tanto cautivaba a la gente ha pasado a ser innecesario), y dejar que el tiempo transcurra Hasta la agonía del cierre.
Esta es la Revolución hoy en España: la implantación de las tecnologías sociales del consenso: la Libertad es una terraza donde tomarse una cerveza y ser feliz: eudaimonía. Luego vendrán los ibéricos filósofos a pasarnos la mano sebosa por la espalda mientras nos felicitan por nuestro pensamiento crítico siempre vigilante.
Fernando Fernán Gómez — en El tiempo amarillo — nos recuerda lo evidente. A la posguerra franquista también se le llamó nueva normalidad. En la posguerra se inició una.nueva normalidad.