Retornos del pasado


Son días de regreso y de redescubrimiento. Tomo del estante, llevado por el azar, la antología de poesía de la generación del 27 que José Luis Cano preparó para Austral. Vuelven las marcas de entonces. Los poemas que eran de lectura obligatoria, las anotaciones al margen, los versos subrayados. Algunos han oscurecido su sentido o se han vuelto mudos. Sobresalen ahora otros. La edad, el tiempo, el silencio que se abate sobre la ciudad: los versos resuenan en el espesor del mundo y, a veces, tenemos la fortuna de oír su música – callada, como escribió el poeta; en ocasiones, dura o disonante. No es función de la poesía halagar aunque tantas veces lo hay hecho. Si me preguntan puede que no sepa decir cuál es. Ahora – un ahora que quizás no se extienda más allá de los tres o cuatro meses – pienso que ha de despertar la voz interior y la capacidad para la meditación sin llegar a ser una consolación sino una agudización de la lucidez, tan importante en un día como hoy, nublado, ceniciento, viscoso.