Estampas


Por la mañana – a eso de las 7:30 – en el autobús el silencio se ha adueñado del espacio. Disminuye el número de viajeros y aumenta la profundidad del silencio. Contrasta con la ligereza que noto en el aire mientras espero. Durante el recorrido del autobús pienso en que la utopía colectivista – finalmente – ha llegado. Esperemos que no sea permanente.

A las 11:00 de la mañana – en otra parada – el aire comienza a adensarse pero aún el frío lo mantiene etéreo. Muy a lo lejos una señora habla por teléfono. La conversación me llega sin problemas. 

No sé por qué pienso en Golpes Bajos: “Son escenas olvidadas, repetidas tantas veces”