Distancias


Hay quien niega la distancia social y afirma que es solo física. Los tímidos e introvertidos sabemos que no es así. Cuando volvamos a la ‘normalidad’ – ¿qué es la normalidad?, ¿cuándo deja de serlo, ¿cuándo lo excepcional se vuelve normal? – algunos sabemos que tanto tiempo encerrados nos pasará factura. Nada será fácil al principio. Tanto alejamiento social nos obligará a hacer un mayor esfuerzo a la hora de recuperar la intimidad e incluso las relaciones sociales más allá del saludo cortés.
La casa es un refugio y una cárcel. El encierro es ahora entre paredes pero puede ser perfectamente en uno mismo. No sería difícil caer en una extraña forma de solipsismo en que, a pesar de tanta conexión telemática, uno termine por ver solo el mundo que ha creado para sí. Por ahora el solipsismo es social pues aquellos que frecuentan muchas horas las redes sociales suelen crear grupos de afines que al final solo escuchan el eco de sus propias voces y leen cualquier escrito con las lentes deformadas que las redes hacen posible.