El virus


Un virus es un organismo mínimo que está al borde de la vida. Ni siquiera podemos decir con seguridad que son seres vivos y los clasificamos dentro de los seres limítrofes. No son estructuras biológicas vivas sino que, al carecer de una estructura celular, necesitan de células en la que hospedarse, por así decir, y en ellas vivir. Un virus apenas vive si no tiene una célula a la que parasitar. Aunque es una teoría que ha caído en descrédito, durante muchos años se pensó que los virus robaban en ADN o el ARN a las células para sobrevivir. En cierto modo el virus se asemeja al alien de la película de Ridley Scott. Cierto que al alien es un organismo muy complejo pero parece necesitar – al menos en una primera fase – de otro organismo para sobrevivir.
Los virus tienen formas helicoidales o icosaédricas, reflejando así la belleza geométrica que, a mayor escala, tanto nos fascina. El icosaedro, y en menor medida la hélice, son figuras que destacan por su simetría. Las columnas salomónicas del Barroco figuran la hélice en un desbordamiento del volumen clásico. Incluso en lo más mínimo hay siempre una organización racional y bella. Esa belleza no excluye lo virulento, que en su sentido etimológico quiere decir venenoso, y entre los contemporáneos viene a ser sinónimo de sañudo o ardiente.
El virus es un organismo que necesita de otra célula para sobrevivir, por lo que en realidad más que matarla ha de procurar que siga viva. Se sabe que cuando un virus está alojado en una célula, parasitándola, no la enferma o lo hace de modo leve. La enfermedad surge en el momento en que ese virus comienza a adaptarse a otro organismo que va a hospedarlo. Es entonces cuando dicho organismo se defiende creando una respuesta inmunitaria pero si el virus resiste entonces los dos – la célula que hospeda y el virus – evolucionan juntos hacia la convivencia.
Con todo esto – o a pesar de ello – el virus ha estado presente en la imaginación humana. Ya sea en forma de peste o como organismo invasor en la literatura y en el cine ha sido el centro de algunas obras. Quizás entre las que más me han llamado la atención estén algunas de David Cronenberg. Son películas de la invasión contagiosa de los cuerpos. Los parásito colonizan los cuerpos y el resultado es algo que produce horror en parte por lo que tiene de desconocido.